Baker & Mckenzie y UMIVALE han celebrado el pasado 22/06 un Desayuno de trabajo con participación de ponentes de ADIRELAB para profunziar en los retos empresariales en la gestión de los riesgos psicosociales en la empresa. En este desayuno se han dado cita 75 empresas de distintos sectores productivos y han intervenido el Presidente de honor de ADIRELAB D.Manuel Pimentel que ha presentado la jornada actuando como ponentes. D. Rafael Ruiz Calatrava Director de Programas de UMIVALE, D. Carlos de la Torre, Of Counsel de Baker&Mckenzie y Vicepresidente de ADIRELAB y dos representantes de empresas, D. Antonio Moreno, Director del Servicio de Prevenión Mancomunado de IBERDROLA y D. Enrique Gilarranz Vicente, Gerente de Prevención de INDRA.
Durante la jornada los asistentes confirmaron que los riesgos psicosociales presentan en la normativa en España y en su control de cumplimiento por parte de la Inspección de Trabajo y los Tribunales laborales grandes zonas de riesgos e incertidumbres y se señalo que para su adecuada gestión por las empresas es preciso abordar tres retos principales. En primer lugar, es preciso identificar su marco conceptual para diferenciar entre factores de riesgos vinculados con la organización del trabajo, tareas del trabajador en interacciones sociales y riesgos psicosociales relacionados con el estrés o ansiedad laboral (teniendo en cuenta el concepto emergente de “tecnoestrés” vinculado al uso intensivo de las nuevas tecnologías), la violencia en el trabajo y en su casos el acoso laboral y la fatiga. En segundo lugar, es necesario acertar con la evaluación de los riesgos psicosociales y elegir el método de evaluación oficial adecuado a cada sector y situación e involucrar en el proceso a la representación legal de los trabajadores y a una muestra representativa de puestos y de trabajadores. En tercer lugar, es necesario cumplir las obligaciones preventivas de evaluación de dichos riesgos y acometer las medidas preventivas, de intervención y de rehabilitación en caso de daños a los trabajadores.
En la jornada se ha insistido en la necesidad de que las empresas incluyan los riesgos psicosociales en sus programas de compliance laborales para prevenir infracciones administrativas y riesgos y responsabilidades empresariales derivados de actas de infracción, recargos de prestación o calificación de contingencias profesionales en caso de daños si se acredita por el trabajador la relación de causalidad y su exclusividad entre la patología y el trabajo. Sobre ello, resulta fundamental actuar dentro del marco normativo de referencia el cual insta a las compañías al cumplimiento de un deber genérico de prevención y es primordial la adopción de determinadas medidas antes, durante y con posterioridad a la evaluación de riesgos psicosociales garantizando entre otras medidas la remisión de información periódica a trabajadores (y sus representantes) de los riesgos a observar, la vigilancia periódica de la salud, la reubicación y recolocación de trabajadores expuestos a los riesgos a puestos idóneos, el control del tiempo de trabajo y el tiempo de descanso y especialmente el seguimiento de los efectos en la salud laboral de los turnos y del trabajo nocturno, la clarificación de funciones y competencias, la mejora de las comunicaciones, la adopción de procedimientos internos de gestión de situaciones de conflicto. Asimismo, se compartió información sobre la tendencia tuitiva en la jurisprudencia destinada a la protección de los trabajadores en lo relativo a los riesgos psicosociales y a su calificación como profesionales (como accidentes de trabajo o enfermedades relacionadas con el trabajo). En este sentido, se ha señalado que es fundamental la actividad probatoria y la construcción de una relación de causalidad directa y exclusiva donde el juzgador examinará los posibles antecedentes psicosociales, así como aquellas variables -laborales y no laborales-.
En conclusión, las compañías deben incrementar sus esfuerzos en cinco puntos fundamentales: (i) Definición del concepto de “Riesgo psicosocial” y aplicación práctica a su modelo de negocio con análisis de los indicadores laborales y médicos que puedan acreditar su existencia ; (ii) Focalización de la evaluación en las condiciones de trabajo y en los puestos de trabajo de cada centro de trabajo superando enfoques vinculados con la percepción subjetiva de los trabajadores de su salud psíquica; (iii)Utilización de una metodología garantista en cuanto a objetividad, veracidad y fiabilidad jurídica, evitando técnicas sesgadas de evaluación así como respetuosa con la confidencialidad y el anonimato y con la participación de representantes y trabajadores e involucración especial de los mandos; (iv) Gestión proactiva de los riesgos jurídicos y económicos derivados de una inadecuada gestión de los riesgos psicosociales no solo para evitar sanciones económicas sino para garantizar entornos de trabajo saludables que tengan impacto positivo en la reducción del absentismo y en la mejora de la productividad y del clima laboral; y (v) Planificación de medidas de intervención tras las evaluaciones para la mejora de las condiciones materiales de seguridad y salud de los trabajadores.
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